Diez cosas sobre Humboldt
Visto desde la perspectiva de su tiempo, Alexander von Humboldt vivió una larga vida. Murió soltero a la edad de 89 años en 1859 en Berlín, su lugar de nacimiento. Nacido en 1769, fue el segundo hijo de una familia realista prusiana. El rey Federico Guillermo II formó parte de su grupo de padrinos. El padre de Alexander era un oficial prusiano, la madre provenía de una familia de hugonotes. En este ambiente próspero, los hermanos fueron criados como ciudadanos de la clase educada, lo que se convirtió en la base de su impulso exploratorio. Pues no solo Alexander es famoso: su hermano Wilhelm fue uno de los intelectuales y educadores más importantes de Alemania.
Nacido en Berlín, Alexander von Humboldt estudió en Frankfurt del Oder y trabajó como funcionario asesor en la administración pública de minería estatal. Hasta 1796, nada indicaba que sus contemporáneos considerarían a Humboldt como el hombre más famoso del mundo después de Napoleón. Pero un día – habiendo recibido su herencia – se retiró del servicio civil y se dedicó exclusivamente a la investigación. De 1799 a 1804 viajó por Latinoamérica. En este tiempo realizó tres grandes expediciones, incluyendo el ascenso del volcán Chimborazo (6.310 metros). De vuelta en Europa vivió en París y Berlín. En 1829 siguió con un viaje de varios meses por Rusia, hasta que finalmente regresó a Prusia como científico, pero a veces también como diplomático en nombre del rey.
En 1769, Alexander von Humboldt veía por primera vez el mundo ad portas de la Ilustración. Invenciones y descubrimientos caracterizaron el final del siglo XVIII y los inicios del XIX. Entre los contemporáneos de Humboldt se encontraban estudiosos como Immanuel Kant, Arthur Schopenhauer, Johann Wolfgang von Goethe y Friedrich Schiller. Carl Friedrich Gauss desarrolló aún más la física, Alessandro Volta y Michael Faraday el sistema eléctrico. El inglés Charles Darwin estudió el origen biológico del hombre, el francés Louis Pasteur estableció los fundamentos de la microbiología. Pero la cultura de esa época también modela al mundo hasta hoy: las composiciones de Wolfgang Amadeus Mozart y Ludwig van Beethoven también surgieron en aquellos tiempos progresivos.
Al pensar en Johann Wolfgang von Goethe, uno piensa en poesía, Las penas del joven Werther o el Goethe-Institut. Pero no necesariamente en ciencias naturales. Sin embargo, Goethe era un ávido investigador de la naturaleza, asimismo, amigo de Humboldt, a quien le llevaba diez años. En 1794 se conocieron en Jena a través de Wilhelm, el hermano de Alexander. En aquel entonces, cuando Humboldt aún inspeccionaba minas, Goethe ya era el poeta más famoso de Alemania y se sintió inspirado por la versatilidad de Humboldt. La inspiración era mutua: Humboldt no solo aprendió de Goethe a tratar con la naturaleza a través de sus instrumentos, sino también a captarlos de una manera emocional.
Las lenguas no eran lo suyo, diría uno hoy en día. Pero el joven Humboldt -en contraste con su hermano, que tenía gran talento lingüístico- ya estaba intensamente interesado en las ciencias naturales y en especial la botánica, pero también en la geología, la física, la oceanografía… Era un notable erudito universal que veía la tierra como un todo coherente. Descubrió las zonas climáticas, empleó una amplia gama de instrumentos de medición modernos y militó a favor de la abolición de la esclavitud. En su opinión, la naturaleza debía ser experimentada y sentida, en un tiempo en que otros científicos buscaban leyes universales. Una de sus metas: todas las personas deberían amar la naturaleza tanto como él.
Animales, plantas, ríos, montañas, asteroides; muchas veces su nombre les viene dado en referencia a Alexander von Humboldt. Ya sea en el caso del famoso pingüino de Humboldt, la gigantesca corriente de Humboldt o el hongo de levadura algo desconocido Pichia humboldtii, el investigador fue la inspiración. Su nombre lo tienen 19 especies de animales, 17 de plantas, dos glaciares, ocho montañas, un río, dos asteroides, un mar lunar, un cráter lunar, un aeropuerto e innumerables escuelas. Además, su apellido y el de su hermano Wilhelm, también lo lleva la renombrada Universidad Humboldt en Berlín.
En Latinoamérica, Humboldt no solo es respetado, sino incluso venerado, a menudo como un héroe popular. Como un verdadero humanista, realmente respetó a todos, sin importar de dónde venían y cómo se veían. Además, muchas de las circunstancias de la vida en Latinoamérica lo impactaron. Como asesor de minería capacitado, bajó también a las minas latinoamericanas, hasta la última salmuera. Lo que vio lo horrorizó, especialmente en Nueva España, el actual México. Las crueles condiciones para los indios eran inaceptables. En México, Humboldt es considerado parte del movimiento de independencia y uno de los padres fundadores del país. En Cuba, por otro lado, aún es venerado por su oposición a la esclavitud. Y en Venezuela, hoy día todavía es un nombre familiar para los campesinos del pueblo Chaima, ya que una vez se opuso a la Iglesia Católica y sus métodos de opresión.
Humboldt viajó miles de kilómetros en su vida, pero recordó especialmente 5.907 metros: la subida al Chimborazo (6.310 metros), considerada en aquel tiempo la montaña más alta del mundo. En 1802, Humboldt y sus compañeros marcharon mal equipados hacia la cima del volcán actualmente inactivo. A los 5.400 metros se desató el mal de altura. Los expedicionarios sangraban, mareados, pero aún así continuaron. A los 5.907 metros llegaron al final: una grieta impidió el progreso. Pero ¿por qué decidió Humboldt subir la montaña? Quería demostrar que una gran cantidad de fuego en el interior de la Tierra da forma a su superficie. La roca cerca de la cumbre lo conformó: recordaba al carbón. El arriesgado ascenso de la montaña no buscaba darle fama al montañismo, sino a las ciencias naturales. Humboldt jamás olvidó este reto. Poco antes de su muerte en 1859, hizo que lo retrataran en Berlín, con el Chimborazo al fondo.
¿Qué hacer si quisieras compartir tus conocimientos, pero Wikipedia aún no ha sido inventada? ¿Cómo construir una red mundial sin Facebook? Escribiendo cartas, muchas cartas. Al menos eso hizo Alexander von Humboldt. En total, escribió cerca de 50.000 cartas, en promedio dos cartas por día. De este modo intercambió ideas con otros científicos, documentó sus hallazgos y compartió los resultados de su investigación, doscientos años antes de la llamada “Sharing Economy” de hoy. En base a 13.000 cartas que todavía se conservan en la actualidad, el tamaño de su red se puede estimar en alrededor de 2.500 correspondientes y destinatarios.
Todo está interconectado. Pero, ¿qué significa eso y qué tiene que ver con Humboldt? Humboldt fue el primero en documentar zonas climáticas y de vegetación. Demostró que a una altura semejante en las montañas, la vegetación es similar en todo el mundo. También mostró que hay zonas climáticas, dónde están y qué impacto tienen en el crecimiento. Reconoció el cambio en el clima causado por los humanos a través de la deforestación, la irrigación artificial y la producción de gas y calor en los centros industriales. En su trabajo más influyente, Cosmos – Ensayo de una descripción física del mundo (1845-1862), Alexander von Humboldt resumió sus hallazgos científicos con el apoyo de numerosos expertos. La historiadora Andrea Wulf analizó al investigador y llegó a la conclusión en una entrevista con la revista alemana Stern: “Fue el primer ambientalista de nuestro planeta. El padre del movimiento ecologista, el hombre que descubrió que el ser humano puede cambiar el clima”.
Cosmos puede ser leído a través del proyecto Gutenberg-DE en Spiegel Online.
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